Nitrógeno en las llantas

19-03-2015 | Su uso se traduce en un significativo ahorro de dinero. Además, garantiza seguridad para los pasajeros, porque evita que las llantas exploten.

El nitrógeno cuyas propiedades fueron descubiertas en 1772 por Daniel Rutherford, es un gas ampliamente usado en el mundo para aplicaciones tan diversas como son la conservación de alimentos envasados (evita su oxidación), protección de explosivos, construcción de diodos, medicina, transistores y otros elementos electrónicos, evitar riesgos de incendio en los aviones de guerra y para inflar las llantas de aviones y coches, entre otros muchos usos. A propósito de esta última aplicación hay que decir que de forma inexplicable y pese a que el nitrógeno usado para inflar las llantas de los autos se vende desde hace ya varios años en casi todas las ‘servitecas’, en muchas de las estaciones de servicio y en algunos montallantas de Colombia, su uso todavía está lejos de ser popular entre los automovilistas nacionales.

 

Esta falta de popularidad del nitrógeno se debe, ante todo, al desconocimiento de las grandes ventajas que brinda este gas incoloro.

Entre los muchos beneficios ofrecidos por el nitrógeno, descuella el de eliminar el oxígeno causante de la oxidación del caucho que termina deteriorando las llantas y acelerando el reemplazo de estos costosos elementos.

 

Por ser un gas refrigerante, el nitrógeno reduce, de manera considerable, el calor generado por la fricción entre el caucho y el pavimento.

 

Esta característica refrigerante del nitrógeno ofrece dos grandes beneficios para el propietario de un vehículo: merma notablemente el desgaste de las bandas de rodamiento y mantiene estable la presión de las llantas.

 

Estas dos ventajas se traducen en un significativo ahorro de dinero para el propietario del coche ya que al mantener estable la temperatura y presión de las llantas se logra alargar la vida útil de un tendido de llantas hasta en un 30% que es el mismo porcentaje ahorrado en dinero entre cada cambio de llantas. 

 

Hablando de dinero, hay que destacar que gracias a la estabilidad en la presión y temperatura de las llantas que solo ofrece el nitrógeno, también se consigue una importante reducción en el consumo de combustible que se hace especialmente notorio en largos recorridos por carretera. 

 

Pero como la seguridad prima sobre el ahorro, hay que mencionar una gran propiedad del nitrógeno que es la de eliminar las posibilidades de sufrir la explosión de una llanta que es uno de los grandes riesgos que corren los conductores que siguen usando aire en las llantas.

 

Vale recordar que en el mejor de los casos la explosión de una llanta inflada con aire causa millonarios daños de carrocería o un volcamiento o accidente si la explosión ocurre a alta velocidad o en curva.

 

Entonces, ¿por qué no dar el paso hacía la seguridad y el ahorro?

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