Las automáticas se imponen
Comodidad y confort son características que han hecho que cada vez las cajas automáticas tengan mayor aceptación entre los conductores.
De hecho, las de tipo manual, que tradicionalmente se ven en el país, son controladas totalmente por el conductor, mientras que las automáticas tienen unos comandos eléctricos y computarizados que las asisten.
Al respecto, Jennifer Escobar, propietaria del taller Turbo Hidramatic, indica que “la caja automática es secuencial, es manejada por una computadora que va haciendo los cambios, dependiendo de las revoluciones del motor. Además, no necesita embrague”.
Una de las creencias infundadas de los clientes es que las cajas automáticas tienen menos fuerza para subir cuestas y que el consumo de combustible que generan es mayor, pero no es así. De hecho, tienen unos comandos especiales para subir cuestas y es importante hacer uso de ellos para aprovechar todo el potencial del motor y la caja.
En cuanto al consumo del combustible, está directamente relacionado con el manejo del vehículo; por eso, el exceso de velocidad y el constante ‘frene y acelere’ hacen que la gasolina no rinda lo esperado, pero esto no tiene relación con el tipo de transmisión.
Por otro lado, según Escobar, tener un auto con este tipo de caja promueve la inclusión, ya que “son carros ideales para las personas con movilidad reducida o en situación de discapacidad, porque se les hace una adaptación para que puedan conducir desde el control manual, mejorando su calidad de vida”.
Si bien las reparaciones de una caja automática suelen ser más costosas que en una mecánica, este tipo de situaciones se puede evitar con un buen manejo del vehículo y siguiendo los cuidados preventivos.
Desde su experiencia, Escobar recomienda que “se hagan los mantenimientos preventivos cuando los vehículos tengan más de 15 años y que se realicen en lugares especializados. Se les debe cambiar el aceite, el filtro y el empaque del sello del cárter, después del tiempo estipulado”.