La conducción, una tarea de ‘6’ sentidos
Para conducir un vehículo de forma segura y responsable se requiere la total concentración y por ende el uso de los cinco sentidos por parte de quien está sentado frente al volante.
Además de tener que recurrir de forma permanente a los sentidos de visión, tacto, audición, olfato y gusto; los conductores están conminados a usar a plenitud y en todo momento un sentido, que no figura entre la media decena de sentidos humanos, pero que resulta tan definitivo como estos para la seguridad, movilidad, modales y cortesía frente al volante.
Este no es otro que el llamado sentido común, que como se dice popularmente, ‘es el menos común de los sentidos’.
Para dar una idea de cómo interviene cada uno de estos 6 sentidos en el gobierno de un automotor, El País describe a continuación la incidencia que tiene cada uno de ellos:
Oído
Entre las misiones a cumplir por este importante sentido descuella la de alertar al conductor cuando se producen señales acústicas normalmente asociadas a una advertencia de peligro. Entre estas figuran, los sonidos emitidos por trenes, ambulancias, carros de bomberos y pitos de otros coches, entre otras alarmas.
De acuerdo a lo anterior, por seguridad los conductores no pueden restringir su audición llevando el equipo de sonido del coche a altos niveles de volumen o usando audífonos, aunque sea permitido.
Visión
Está científicamente comprobado que el 90% de la información recibida por un conductor es percibida mediante los ojos. De acuerdo a lo anterior, una buena visión y el adecuado y permanente uso de este sentido resultan vitales para poder monitorear los espejos e instrumentos de control de marcha de forma constante, estar atentos a lo que pasa con los otros conductores y peatones, y detectar tanto señales de tránsito como peligros ocultos.
Por estas razones, los conductores deben usar el sentido de la vista a toda hora y con total plenitud.
Tacto
Este sentido humano es tan importante como el de la visión ya que nos permite detectar y sentir en las manos lo que trasmiten las ruedas y controlar el volante.
Con respecto a lo anterior es preciso indicar que una buena postura de los dedos en el volante se convierte en un sistema táctil que nos permite ‘sentir’ las reacciones del coche y aplicar los movimientos correctivos a tiempo.
Algo parecido ocurre con la palanca de la caja de cambios, bien sea automática o manual, que debe ser operada con los dedos y no con la mano. De esta forma se evitan daños prematuros en el control del sistema de transmisión que verá aumentada su vida útil por el buen uso.
Olfato
De acuerdo a un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford (Inglaterra), los olores contribuyen a mejorar la concentración y a mantener alerta a los conductores. Los resultados obtenidos por los científicos británicos demostraron que los olores de la menta y cítricos, en general, son los más recomendados para ambientar la cabina de un auto.
Otra investigación relacionada con el olfato y la conducción fue la llevada a cabo por la Universidad Wheeling Jesuit de West Virginia (EE.UU.). Este último estudio demostró que los olores de la fresa y del pino contribuyen a reducir los niveles de agresividad, mientras que los de la canela y hierbabuena resultan ideales para mitigar las distracciones y la fatiga generada por la conducción.
Gusto
Está comprobado que una alimentación balanceada y baja tanto en calorías como en grasas evita la somnolencia, por lo cual contribuye a obtener la máxima concentración de los conductores. Ya que hablamos de la alimentación es perentorio recordar que las estadísticas de accidentes indican que la ingesta de bebidas alcohólicas, fármacos y sustancias sicotrópicas alteran negativamente la mente de cualquier conductor.
Sentido común
Este resulta indispensable para poder anticiparse y no estar expuesto a situaciones de riesgo. De igual forma, resulta necesario para aplicar las normas de cortesía al volante, que incluyen ceder el paso a peatones y otros conductores, cumplir a cabalidad las leyes de tránsito y mostrar una actitud cívica, entre otras ventajas.
Como lo señalamos, la demandante tarea de guiar un coche implica necesariamente el uso de los 5 sentidos de ‘fábrica’ y del adquirido sentido común, que deben estar siempre al servicio de una conducción segura y no de menesteres distintos.