La conducción en la montaña

14-02-2020 | Al igual que ocurre con las personas, la altura y el frío afectan el correcto funcionamiento de los motores de los vehículos.

La falta de oxigeno y las temperaturas bajas hacen que se pierda potencia y dificulte el encendido.

Para tener una idea de cómo la altura afecta a un motor, basta con mencionar que un auto que transita por las calles de Cartagena pierde el 26% de su potencia al subir a Bogotá.

Quiere decir que un vehículo que tiene cien caballos de potencia, tendrá sólo 74 disponibles si trabaja a los 2.600 metros de altura que tiene la capital de la República.

Por ello, los conductores de tierra ‘caliente’ no deben forzar las máquinas cuando asciendan la carretera a La Línea, por ejemplo.

Muchos automovilistas abusan de las capacidades de los motores y terminan varados por recalentamiento o por la misma ‘fundida’ de la planta motriz.

En esta situación, lo mejor es hacer uso del tacómetro para mantener el motor dentro del régimen de revoluciones ideal.

Sólo así se tendrá un óptimo rendimiento sin afectar los componentes internos del motor.

En condiciones de montaña el peso se multiplica en proporción directa a la inclinación de la carretera.

De acuerdo a lo anterior, hay que hacer un mayor uso de la caja de cambios que se convierte en su mejor aliado.

Contrariamente a lo que se piensa, utilizar las 1 y 2 marchas ayuda a mantener el auto dentro del régimen de RPM en donde se obtiene el máximo de fuerza en las ruedas y a lograr el máximo rendimiento de la bomba de aceite.

Por obvias razones derivadas del esfuerzo del motor y de la multiplicación del peso vehicular, el buen funcionamiento del sistema de lubricación se torna vital para evitar el recalentamiento del motor, los daños y la reducción de la vida útil de piezas importantes como son los pistones, bielas y casquetes, entre otras.

Quienes transitan por carreteras empinadas y que creen que con llevar el motor a bajas revoluciones (menos de 3.000 RPM) ayudan a preservarlo, están equivocados. Así. el motor trabaja forzado y hace que las bielas y otros elementos se vean sometidos a un trabajo para el que no están diseñados. 

Tenga en cuenta que la temperatura de funcionamiento se ve reducida en carreteras y ciudades frías como es el caso de Pasto, Tunja y Bogotá.

Para evitar daños que pueden significar la reparación de la planta motriz,  no acelere a fondo el motor y llévelo entre las 2.000 y las 3.000 RPM, hasta que la aguja indicadora de temperatura se encuentre siquiera en la mitad de su recorrido.

 

 

 

 

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