El blindaje vehicular y sus restricciones
Aunque resulte paradójico, los vehículos blindados destinados a proteger dignatarios y personas con alto riesgo de sufrir un atentado o secuestro son más vulnerables a sufrir accidentes en marcha que los autos comunes y corrientes.
Esta vulnerabilidad a los accidentes de los coches blindados después de salir de fábrica se debe ante todo al peso adicional agregado por los gruesos vidrios antibala, telas de blindaje dispuestas a lo largo y ancho de la carrocería y pesadas láminas de acero que cubren algunas partes de los vehículos con alto nivel de blindaje, entre otros elementos aportantes de peso.
Dicho peso agregado durante el blindaje, que puede superar los 60 kilos en un proceso de bajo nivel y 700 o más kilos en un blindaje extremo, restringe el funcionamiento del sistema de frenos, que requiere mayor distancia para detener por completo el vehículo, deteriora y acorta la vida útil del sistema de suspensión y además, aumenta de forma sustancial el consumo de combustible.
Sin embargo, la peor consecuencia de un blindaje es la radical elevación del centro de gravedad del vehículo alterado por el peso extra adicionado al blindar el techo y parte superior de las puertas, principalmente.
Si tenemos en cuenta que los vehículos son ‘mesas de cuatro patas’ y que entre más alta sea la mesa más fácil se cae, es fácil comprender por qué los automotores blindados de elevado centro de gravedad son altamente propensos a volcarse y a perder el control en maniobras bruscas y curvas en donde la traslación de pesos se convierte en un enemigo del conductor.
A este mandato de las leyes físicas de Newton se le suma el hecho de que la mayoría de los vehículos elegidos para ser blindados son de tipo utilitario deportivo (SUV), que se distinguen precisamente por su elevado centro de gravedad derivado de su generosa altura sobre el piso.
De otra parte, es preciso anotar que la industria del blindaje ha dado pasos gigantes en lo que atañe al peso de los materiales utilizados para blindar automotores que ahora son hasta un 50% más livianos y resistentes que los usados una década atrás.
Así mismo, hay que mencionar que los elementos de suspensión de los autos sometidos a blindajes de alto nivel se refuerzan para garantizar la resistencia al peso agregado.
No obstante lo anterior, las posibilidades de sufrir la pérdida de control o un volcamiento en un vehículo blindado crece en proporción directa a la cantidad de peso agregado durante el proceso de blindaje y refuerzos artesanales realizados al sistema de suspensión, que resulta afectado tanto en sus parámetros como en las capacidades y funciones dadas por la casa fabricante del coche.
Por las razones antes mencionadas, molestos 'pajaritos' que aparecen al poco tiempo y por la dificultad que conlleva vender un auto blindado de segunda mano, el costoso, dispendioso y artesanal proceso de blindaje solo lo deben ordenar aquellos propietarios de vehículos que por seguridad requieren de una protección especial durante sus traslados.
En pocas palabras, el blindaje es necesidad de unos pocos y no lujo de muchos.