¿Cadena o correa de distribución?
Una de las preguntas más comunes entre los compradores de vehículos en Colombia, es la de si el carro que van a comprar viene con correa o cadenilla para mover el sistema de distribución del motor.A decir verdad, la mayoría de las personas que recurren a este cuestionamiento y los mismos asesores de ventas, desconocen las ventajas y limitaciones que ofrece cada una de estas dos alternativas.
A propósito, vale recordar que ambos sistemas (correa y cadena o cadenilla) cumplen la importante y vital labor de mover y sincronizar todos los elementos que hacen parte del sistema de encendido o distribución de un motor a gasolina como son las bujías, válvulas y módulo de encendido, entre otros elementos.
Una vez mencionada la función que cumplen, pasamos a describir las bondades y restricciones que ofrecen tanto la cadena, como la correa de distribución.
Para empezar, es perentorio aclarar que la diferencia vital entre ambos sistemas no radica en el valor de reposición de uno u otro ya que en algunas marcas las correas son más baratas que las cadenas y en otras marcas ocurre todo lo contrario.
Lo importante en este caso y lo que en verdad debe tener en cuenta el comprador de un vehículo no es el precio, sino los posibles daños que puedan ocasionarle al motor bien sea una correa o una cadena en mal estado.
Hecha esta aclaración, se puede afirmar que la única y gran ventaja que ofrece la cadena (también llamada cadenilla) sobre el sistema de correa es la de brindar una total confiabilidad mecánica derivada de su larga vida útil y especialmente, de su cualidad de avisarle al conductor cuando es hora de cambiarla mediante un sonido inconfundible y fácilmente reconocible hasta para los neófitos en mecánica.
En este sentido, es preciso esclarecer que la gran limitación de las correas tiene que ver con su oportuno reemplazo (cada 70.000 kilómetros, por regla general), pues si no se cambian a tiempo existe la gran posibilidad de que se rompan intempestivamente y sin previo aviso causando daños severos al motor, especialmente, si la rotura de la correa ocurre con el motor funcionando a altas revoluciones.
Cuando esto sucede que es más común de lo que se piensa, las válvulas quedan flotando fuera de control y se incrustan, literalmente hablando, en los pistones causando averías que obligan a la reparación total de la máquina y muchas veces al reemplazo de la misma.
Esto es difícil de que ocurra con una cadena ya que como se mencionó al empezar su deterioro emite un ruido propio que permite conocer la necesidad de cambio y llegar a un centro de servicio antes de que se rompa.
En resumidas cuentas, ambos sistemas ofrecen sus respectivas ventajas.
Las de la correa, son su costo de reposición que por regla general es menor que el de una cadena y su facilidad de reemplazo.
Por su parte, la cadena ofrece mayor confiabilidad, más duración en la mayoría de los casos y por ende mayor tranquilidad para el conductor.
De todas maneras, hay que dejar claro que para un buen propietario que le dedica tiempo al mantenimiento preventivo de su vehículo, ambos sistemas (correa o cadena) resultan igualmente convenientes ya que estos buenos conductores están exentos de sufrir la rotura de una correa o cadena de repartición ya que pueden detectar a tiempo los primeros síntomas de deterioro tanto de una cadena, como de una correa.
La cadena ofrece mayor confiabilidad, que la cadena, además de mayor duración en la mayoría de los casos y por ende mayor tranquilidad para el conductor.
La decisión de tener correa o cadena se basa en el precio de reposición de cada alternativa ya que la vida útil de una u otra estará siempre controlada.
Fotos: Especial para El País
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