La electrónica tiene límites

30-04-2019 | Las ayudas a la conducción no reemplazan al piloto

Los cinturones de seguridad con pretensores y liberador de presión incluidos, bolsas de aire, asistentes de frenos ABS, EBD, BAS y frenado de emergencia y en especial las ayudas electrónicas a la conducción presentes en los vehículos contemporáneos han reducido de manera notable la tasa de accidentes de tránsito a nivel mundial.

Pero tos modernos elementos de protección tienen limitaciones derivadas de su uso y de las leyes físicas, en particular.

Para entender lo nociva que resulta su inadecuada utilización, aquí se detalla lo que puede ocurrir cuando un conductor abusa de estas ‘herramientas’ de seguridad:

Cinturón. Entre los cuidados que se deben tener para obtener la máxima protección de este ‘ángel guardián’ está el de ajustar la altura de la parte transversal del cinturón de manera tal que no quede sobre el cuello de quien lo usa. Esto es vital para evitar que este cinto se convierta en una mortal guillotina ante un accidente o colisión frontal.

Bolsas de aire. Los airbags se inflan a alta presión en 40 milésimas de segundo, como máximo a una velocidad cercana de 200 kms/hora, en promedio.

Por esto el conductor y pasajeros se deben sentar a 25 cms como mínimo del habitáculo en donde reposa la respectiva bolsa de aire. De lo contrario quedan expuestos a recibir un potente ‘jab de derecha’ tan o más dañino que el de un boxeador ‘peso pesado’ que por regla general causa laceraciones en la cara, contusiones y graves lesiones.

Estas consecuencias son peores cuando se trata de personas de talla pequeña o de niños que pueden morir asfixiados o golpeados por el fuerte impacto de las bolsas.

Control de estabilidad y tracción. La primera de estas dos ayudas electrónicas (control de estabilidad) corrige derrapes involuntarios o movimientos inesperados que tienden a sacar la ‘cola’ del auto.

Pero los modernos computadores que controlan y corrigen estos desplazamientos inesperados del carro no están en capacidad de desafiar y menos de vencer las leyes físicas de Newton y otras que determinan el comportamiento de un objeto en movimiento.

Algo parecido ocurre con el control de tracción que frena o le da más potencia a una rueda motriz con el fin de evitar que esta patine al salir de una curva.

Hay que tener siempre en cuenta que las ayudas electrónicas presentes en los vehículos tienen limitaciones impuestas por las leyes físicas y más precisamente por factores como la velocidad, ángulo y peralte de la curva, ancho de la vía, tipo de terreno y capacidades del conductor, entre otros.

Por eso lo ideal, a menos que se cuente con experiencia suficiente en conducción deportiva, es mantener activos a toda hora los controles de estabilidad y tracción y todos aquellos destinados a la protección de los ocupantes de un vehículo.

 

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